Todo en Pésaj apunta hacia Yahoshúa el Mesías, todos los elementos externos que componen la celebración son símbolos representativos de aquel profeta cuyo advenimiento es anunciado en Las Escrituras Sagradas de forma especial y del cual se da testimonio de que sería un profeta como Moshé: Deuteronomio 18:15 YHWH tu Elohim te levantará de entre tu propio pueblo a un profeta como yo; a él deberán hacerle caso.

 

Moisés fue escogido y llamado por Yahweh para ser el libertador del pueblo israelita de la esclavitud y el sufrimiento de Mitsráyim (Egipto); así mismo Yahoshúa fue preparado por Yahweh para ser el autor de la Eterna Salvación (liberación) y fue este mismo Moshé el encargado de dejarnos registro y referencia de las instrucciones de Yahweh Elohim para la celebración del Pésaj.

 

Veamos Éxodo 12: 3 Háblale a toda la comunidad de Yisrael y diles que el diez de este mes cada uno de ellos tomará un cordero por familia, un cordero para cada casa. Este cordero es tipo de Yahoshúa “el cordero de YHWH que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).

 

Desde el diez del primer mes debía apartarse un cordero “sin mancha, macho y tierno”… Yahoshúa dijo: “Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus vidas”. (Mateo 11:29)

 

Discernir las realidades espirituales escondidas en cada símbolo es un “arte”, una labor que requiere meditación y la guía del espíritu de santidad; a veces parecen cosas sencillas, pero siempre encierran profundas enseñanzas de Avinu (nuestro padre) Yahweh. Por ejemplo: hoy nosotros, los israelitas de la Alianza Renovada, no tenemos que apartar un cordero para sacrificarlo “porque al Mashíaj, nuestro Cordero pascual, ya lo sacrificaron” (1Corintios 5:7b); pero sí nos toca “apartarnos” junto a él para discernir su sacrificio, así como él se apartó en Gat-Shemanim, y necesitó la compañía de sus discípulos: “…les dijo a los discípulos: “Siéntense aquí, en lo que yo voy allá a orar”. Se llevó a Kefá y a los dos hijos de Zavday, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. Entonces les dijo: “Tengo una tristeza de muerte.* Quédense aquí y velen conmigo”. Los Israelitas debían vigilar, conservar el cordero hasta el catorce del mes primero, así que tenemos 4 días previos a la noche del Pésaj para unirnos en espíritu al cordero Yahoshúa y sentir en vida propia lo que significó para él ese tiempo previo a ser sacrificado “discernir su realidad” como vemos en Lucas 22:41… y puesto de rodillas oraba: 42 “Padre, si quieres, aparta de mí este trago; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. 43 Entonces se le apareció un mensajero del cielo para fortalecerlo. 44 Y angustiado, oraba con mayor intensidad, de modo que su sudor era como grandes gotas de sangre que caían a tierra.

 

Yahoshúa se preparaba para “morir en nuestro lugar” para que así como Yahweh no permitió que el Destructor azotara los hogares israelitas, tampoco permitirá que la perdición tenga potestad sobre nosotros, por causa de Yahoshúa que nos limpió de todo pecado y nos redimió con su sangre. “No hay ahora ninguna condenación para los que están en el Mashíaj Yahoshúa” (Romanos 8:1)

 

Ahora podemos discernir en la copa de vino de la cena del Pésaj, la sangre de Yahoshúa, en el pan sin levadura, su cuerpo “partido” por nosotros y así poder discernir que todo se hizo para pagar el precio de nuestra redención y que la cena de Pésaj es más que una simple comida festiva tradicional, es una enseñanza práctica de la fe en el Mashiaj Yahoshúa.

 

“Porque yo recibí del Maestro la enseñanza que les trasmití: que el Maestro Yahoshúa, la noche en que lo entregaron, tomó pan; y después de dar gracias, lo partió y dijo: “Esto representa mi cuerpo en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí”. De igual manera, tomó también la copa después de haber cenado, y dijo: “Esta copa es la nueva alianza en mi sangre. Hagan esto todas las veces que la beban en memoria de mí”. Todas las veces que coman este pan y beban esta copa, anuncian la muerte del Maestro, hasta que él venga. De modo que cualquiera que coma este pan y beba esta copa del Maestro de manera indigna, será culpable del cuerpo y de la sangre del Maestro. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y coma así del pan y beba de la copa” (1Corintios 11:23-28)

 

¡Shabat Shalom!

 —  Yajdiel